Lléname de Ti…
Deseo escuchar Tu voz.
Sentir ese calor de Tu luz que me guie por el sendero correcto a transitar.
Esta vida sin Ti, no tiene fuerzas, ni sentido, ni destino soñado.
Cólmame de Tu presencia, inunda mi corazón de Tu amor y siéntate en él como el niño q se columpia contento en el parque.
Has de mis sentimientos Tú diario y de mis palabras Tus pensamientos.
Permíteme percibirte a cada respiro, en cada mirada, y como la flor de la mañana se baña bajo el sol radiante.
Apruébame Tu sabiduría como el rocío que alimenta cada planta.
Quiero ser parte consciente de lo que eres.
Descubrir mi verdad en Tu palabra y ser lo que Tú soñaste que yo fuera cuando me enviaste a la vida con un soplo de Ti
Déjame limpiar Tu sangre preciosa que me libero, llenar de amor los corazones secos y arrullarte en mi sentir como mi Madre me arrullo a mí.
Saca de mí las más dulces melodía, como Beethoven al piano y plasma en mi vida el deseo constate de amarte como lo hizo Leonardo da Vinci con la sonrisa de La Mona Lisa.
Transfórmame en lo que planeaste y regálame la dicha de conjugarme en mi cuerpo con mi alma y mi espíritu para llegar a ser de veras, parte de Tus parte.
Solo Tu Señor Jesús puedes hacer esto por mí; aquí estoy, lléname de Ti Señor.
Siempre Anyhec
Barinas, 31 de agosto de 2010
Sentir ese calor de Tu luz que me guie por el sendero correcto a transitar.
Esta vida sin Ti, no tiene fuerzas, ni sentido, ni destino soñado.
Cólmame de Tu presencia, inunda mi corazón de Tu amor y siéntate en él como el niño q se columpia contento en el parque.
Has de mis sentimientos Tú diario y de mis palabras Tus pensamientos.
Permíteme percibirte a cada respiro, en cada mirada, y como la flor de la mañana se baña bajo el sol radiante.
Apruébame Tu sabiduría como el rocío que alimenta cada planta.
Quiero ser parte consciente de lo que eres.
Descubrir mi verdad en Tu palabra y ser lo que Tú soñaste que yo fuera cuando me enviaste a la vida con un soplo de Ti
Déjame limpiar Tu sangre preciosa que me libero, llenar de amor los corazones secos y arrullarte en mi sentir como mi Madre me arrullo a mí.
Saca de mí las más dulces melodía, como Beethoven al piano y plasma en mi vida el deseo constate de amarte como lo hizo Leonardo da Vinci con la sonrisa de La Mona Lisa.
Transfórmame en lo que planeaste y regálame la dicha de conjugarme en mi cuerpo con mi alma y mi espíritu para llegar a ser de veras, parte de Tus parte.
Solo Tu Señor Jesús puedes hacer esto por mí; aquí estoy, lléname de Ti Señor.
Siempre Anyhec
Barinas, 31 de agosto de 2010
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