Deseos...


Se transforma en sensaciones, que en algunos momentos se pueden confundir con sentimientos, sentimientos que te llevan a creer que todo vale la pena, es un rio que fluye impetuoso por tu cuerpo, es una tormenta que muchas veces no puedes parar pero en ocasiones se convierte en el ocaso de cada día, llenándote de paz y satisfacción, es sentir que se convierten en uno y que los latidos de los corazones se aplacan al compas de la respiración.

Es comparable con el día y la noche, con la luna y las estrellas, es comparable con el frio que te hace templar como hoja al viento, o como el calor que emana de la chimenea en una noche de invierno.

Te puede dejar la grata sensación de sentirte acompañada, querida o deseada y al mismo tiempo puede despertar el vacio más grande jamás has sentido, es un todo y un nada, la profundidad de un hueco en medio de la tierra, la inmensidad del mar en pleno desierto.

Es como el ritmo de los tambores, que te transportan a la danza ancestral del baile de la vida, de la pasión generada bajo el cielo en una noche donde las olas revientan con el ritmo y el deseo del movimiento armonioso de los cuerpos que emanan un sudor que se desliza entre pasiones y sueños de hombres y mujeres que viven a prisa, sin poder detener la brisa que lleva el mensaje al mundo entero de que la pasión se desborda, sin tiempo, sin edad, sin límites, sin normas, solo por la misma naturaleza que como maestra te indica el movimiento sincronizado de dos cuerpos que solo desean ser amados…

Siempre Anyhec

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