El Cuadro...

Un paseo rápido.
Historias contadas a prisa.
Una pocas gotas que caían sobre la ciudad.
Bicicletas que con piernas llenas de esperanzas pedaleaban complaciendo al invitado.
Anfitriones que nos regalaban la oportunidad de la verdad y la mentira entremezclada en un escenario hermoso lleno de pasión y dolor en angostas callecitas.
Rostros y fachadas que se confunden con una vieja película de los años 50.
Y allí en esa pequeña habitación, de ventana colonial, puerta grande, paredes con ladrillos cuidadosa mente colocados hace mas de 100 años, su rostro, su pelo largo azabache, su cuerpo cubierto en sudor y fuerte, sus ojos ayudados por lentes, dan vida a la mas exquisita inspiración, a las manos que cantan, recitan y deleitan a través del lienzo sutil y perfectamente combinado en colores, sentimientos y la mas profunda inspiración en lo que se cree y se ama.
Mis ojos no podían dejar de mirar aquella obra escondida en ese rincón del mundo, mis pensamientos pasaban rápido por las fachadas ya descubierta en aquella obra y una pregunta aceleraba mi corazón agitado. ¿Que pensaba? ¿Que sentía El cuando creaba aquello?
Y su respuesta como un fuerte huracán arranco mi llanto profundo he incontrolable, cuando oí aquel hombre enérgico y grande decir: Soñé que me dijeron Tu Camagüey se esta perdiendo y vi mis manos feas y largas salvar las casas de mi tierra amada.
Un sutil silencio arropó suavemente la habitación y un sentimiento común, se! invadió todos los corazones de los allí presentes.
Siempre Anyhec
Cuba, 09/11/08


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