Desnuda en medio de la nada…
Rodeada solo del viento y de las miradas más profundas, las cuales poco a poco desgarraron cada pieza de mi largo vestido, sentí como la sedosa tela se deslizaba sobre mi piel con cada gesto desaprobador…
Perdida, asustada en esa enorme selva de concreto me quede inmóvil como si formara parte de aquel diseño de ciudad en ruinas; cuando el frio de aquellas calles de concreto me hacían sentir que no era parte de eso, que estaba viva, que mi corazón aun latía y que el miedo que agitaba mi sangre era la prueba más ferviente de que estaba aun con signos vitales, que si los ponía en marcha me devolverían al camino de rosas que empecé a transitar un par de horas antes…
Fue entonces cuando más que entender, descubrí que mi existencia no era solo ese cuerpo desnudo en medio de la nada, fue entonces cuando percibí mi verdadera esencia, fue entonces cuando descubrir la sutil y suave existencia de mi alma envuelta en mi espíritu, abrigadas temporalmente por aquellos huesos, por aquella agitada sangre y por aquella piel desnuda, fue hasta entonces cuando el frio se convirtió en mi propio color y de mi pequeña espalda nacieron dos enormes, blancas y delicadas, pero muy fueres alas que me permitieron volar mas allá de los limites desnuda en medio de la nada me sumergí en el más hermoso cielo degradado en un bello color naranja y tras el trinar de las aves y del calor del sol me guiaban hacia mi camino de rosas, hacia la esperanza de sentirme viva y renacer de la nada.
Siempre Anyhec.
Barinas, 5 de mayo de 2011
Comentarios
Publicar un comentario