Desde los rincones de Mi Alma...

Encarga de un alma noble, bendecida con unos padres extraordinarios, rodeada de unos amigos sinceros y solidarios, viviendo en un lugar lleno de naturaleza en plena ciudad, con la certeza de que Dios es mi Padre y el creador de un mundo perfecto, con el don de la palabra que alivia las penas, con la mágica fortuna de la prosa larga y espontánea, con la fresca sonrisa de Andrés y Amanda como dulce melodía en mis oídos y con una hermana que me dio la oportunidad de ser mas que siempre amiga hermana… Así es fácil vivir sonriente y por eso me siento toñeca de mi papito Dios, sin negar algunos fracasos y experiencias de vida que en su momento han sido difíciles, pero Dios me empujo a continuar, me cargo en sus brazos y me recupero para extender mi caminar. En algunos momentos la queja invadió mi diario vivir, así como la tela de araña aparece en el rincón más alto, así invadió en algunos tiempos la melancolía mi alma, y la viví, la llore y la despedí dejando entrar el calor y la luz de Dio

Así como al llegar la noche una se desviste y el agua limpia y relaja el cansancio diario, así se limpia y descansa el alma ante una amplia conversación, unas lagrimas sinceras que desmanchan y cicatrizas viejas heridas y sonrisas amplias que alegran el alma. La certeza de que no estoy loca, de que no soy la única que creo y sueño con el amor verdadero. La certeza de que el sufrimiento profundo fortalece y eleva hacia la tan añorada espiritualidad, las almas amorosas; saber que no soy una humana queriendo vivir una experiencia espiritual, si no que soy ese ser espiritual lleno de luz, intentando aprender lo mejor de esta experiencia humana. Gracias por estas horas, por la dicha de sentirme viva, y por lo bonito de lo bonito mi Dios, gracias por la gente que brilla conmigo y me nutre de sus historias, gracias por la oportunidad de ser arcoíris con alguien que es otro color, pero alumbra y vuela hacia el mismo lugar que anhelo. Siempre Anyhec Valencia 21 de noviembre 2010

Arropada en mi soledad luego de intentarlo y fallar de nuevo. Arropada cómodamente en mí espacio, en la paz de mi alma, en el amor conmigo misma. Arropada bajo el romántico sonido de la lluvia, que trae alguna melancolía, pero a la vez me permite sentir ese grato olor a vida, y disfrutar de este instante, de esta ahora conmigo misma. Adiós si te has ido, que te arrope la felicidad en otros senderos y que otro labios te den el amor que no nos dimos. Siempre Anyhec Barinas, 9 de Noviembre 2010